Como todos saben el Ministro de Trabajo, José Villena, agredió físicamente
a una trabajadora de la aerolínea LAN, porque simplemente quería abordar un
avión que ya se encontraba en marcha. No tuvo mejor actitud que hacer una
pataleta por el simple hecho de tener poder y querer abordar un avión, es decir
ir en contra de toda el orden estipulado por el simple hecho de ser ministro.
Además de agredir físicamente a Ana Lucía Ramos Mariscal (24), la empujó con ambas manos, propinó
amenazas a los demás trabajadores. Sin duda alguna este sujeto cree tener el
poder de hacer y deshacer las cosas a su antojo.
La Ministra de la Mujer ya se pronunció manifestado su apoya a la joven
agredida.
Por otro lado, José Villena hizo un viaje, el cual quería mantener en
secreto, a Arequipa para pedir perdón a los trabajadores de la aerolínea LAN.
Villena quería mantener fuera de luces el viaje, ya que no solicitó
reguardo policial, como es de costumbre, y viajó en un vuelo comercial. ¿Por qué
esconderse? ¿Por qué no dar la cara?
Él es un funcionario público y tiene que
rendir cuenta sobre sus actos.
Sin embargo, sus disculpas no me parecen suficientes. Con toda la
campaña que hace el Ministerio de la Mujer para erradicar la violencia en
contra de la mujer ¿se va a permitir que este sujeto siga en su cargo?
La Agencia Andina informa sobre una nota de prensa que el Ministerio de
Trabajo emitió, en esta se señala que:
“durante el encuentro efectuado en el aeropuerto arequipeño Alfredo
Rodríguez Ballón, el ministro Villena aclaró que no hubo agresión física a
ninguna persona.
Ante este grupo de trabajadores, el titular del sector manifestó que reconocía
su error por las molestias ocasionadas, y que por este motivo se presentaba
personalmente para ofrecer disculpas por el mal momento que todos pasaron esa
noche.
Villena fue enfático en señalar que antes de ser ministro de Estado, es
ciudadano peruano, y sobretodo un servidor público, con 18 años de servicio a
los ciudadanos del país.
“A ustedes me debo’, afirmó.”
Sigue negando lo innegable, sigue negando la agresión física que cometió
en contra de una mujer, una trabajadora. Como siempre en este país el más débil
pierde.
Así lo manifestó la agraviada Ana Lucía Ramos Mariscal en su cuenta de Facebook:
“Vivo en un lugar donde el más fuerte no es el más inteligente ni el más
culto, no es el que tiene mejor familia o el que tiene más dinero, el más
fuerte en esta realidad que yo vivo es el que tiene PODER, este poder que te da
tanta confianza para ver a las personas muy por debajo de ti… La prepotencia y
todas las peores características como persona vienen por añadidura si no lo
sabes manejar (el poder)”.
Es lo que todos los peruanos tenemos siempre en nuestra mente, que el
más fuerte y el que tiene más poder siempre saldrá ganador a pesar sus
aberrantes actos, seguimos siendo esclavos del poder.
José Villena ha sido citado por la Comisión de Trabajo del Congreso para
que exprese su descargo sobre el hecho. Si este sujeto tiene un poco de decencia
debe de renunciar de inmediato y no tratar de defender su pellejo.
Este es solo uno de los muchos matones que existen en el poder y que se regodean
del puesto que tienen, los contactos que manejan porque piensan que siempre
saldrá limpios.
La sociedad civil, los medios de comunicación y todos los peruanos
estamos en la obligación de regular a sujetos como estos, que viven de los
impuestos que pagamos.
No podemos permitir que un Ministro de Trabajo vulnere a trabajadores a
su antojo y se siga alimentando de nosotros.
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