Cada vez que termino de leer una novela la relaciono con mi entorno. Esta vez fue LOLITA, una apasionante novela de Vladimir Nabokob. Primero vi las dos películas que se hicieron de este libro, pero no contenta con esa información decidí leer la novela. Esta me atrapo, me impacto como el pedófilo Humbert describe su amor y pasión por Lolita, pero de una manera natural. Con esta novela el trata de hacernos entender la pasión hacia esta ninfula que conoce a los 12 años, la cual imagina repetidas veces en sus brazos, apaciguando sus más bajos instintos con su imaginación, hasta que por fin la puede hacer suya. En si no es una novela muy explicita en el ámbito sexual, es decir no describe muy detalladamente los encuentros, pero se podría decir que el momento que mas impacta es el primer encuentro sexual de Humbert y Lolita. Ella le dice después de esto “me has destrozado por dentro” aunque, sabemos que Lolita no era ninguna chica virginal, quizá Humbert uso mucha fuerza con ella, por todo el deseo que tenia contenido dentro.
Lo que me causo gracia es que a través de esta novela pude saber lo que piensas esos seres que tienen una fijación y atracción por menores de edad 12, 13, 14 años, pequeñas chicas inocentes que son atraídas por estos seres despreciables para mi, y para la gran mayoría. Se aprovechan de su inocencia y las engatusan para que caigan en sus más bajos juegos sexuales.
Esta semana decidí ir al oculista, había alargo mi visita a este porque el año pasado me entere que estaba implicado en una investigación por pedofilia. Según los diarios el seducía a pequeñas chicas a cambio de darles lentes de contacto de color y las llevaba a su consultorio, el cual yo había visitado con mi madre desde que tenía 12 años. Debo admitir que nunca me sentí seducida por mi oculista aunque me sorprendía su amabilidad hacia mi y el hecho de que sus secretarias siempre eran jóvenes muy bien arregladas, supongo que el hecho de que nunca se sobrepasara conmigo es que siempre iba acompañada por mi madre.
Bueno esta semana asistí a mi cita, después de mucho tiempo. Me dirigí de la universidad hacia su consultorio que queda por San Borja, un largo camino por recorrer. Antes de eso hable con mi mama y me dijo que nos encontraríamos en los alrededores del consultorio ya que, por obvios motivos no podía ir yo sola.
Llegue al consultorio y pensé que mi madre me estaría esperando, en la salita previa a las consultas con el médico, pero mi gran sorpresa es que no estaba. Me abrió la puerta una chica muy joven que es la secretaria del oculista, como dije antes ellas siempre eran jóvenes y atractivas para la vista masculina. Al entrar divise solo a una señora de edad mayor, al verla supuse que no era una paciente, no se porque pero sentí esa corazonada. En ese momento imagine a esa señora, con prendas muy gastadas, como la madre de la secretaria, que al ver todas las noticias que estaban vinculadas con el oculista decidió vigilarla en su día a día laboral.
Esperaba que mi mama llegara al consultorio pero no fue así, algo me estremeció el cuerpo al pensar que estaría yo sola con ese ser despreciable que se aprovechaba de las jovenzuelas, y del cual yo podría ser una víctima. Mi espera no fue larga ya que, no había personas esperando y entre al consultorio.
Al ver a mi oculista de tantos años me lo imagine con menores de edad, seduciéndolas, nunca me había imaginado a mi doctor de confianza en esta faceta. Imagine a Humbert y como describe los deseos que siente hacia Lolita, pude entender un poco al doctor. Claro que en absoluto estaba de acuerdo con su modo de actuar pero entendí esa cabeza retorcida en la que cabe que un hombre se pueda aprovechar de una menor de edad. Como le dijo Lolita a Humbert en su último encuentro “tú me destruiste la vida”.
La verdad es que no sucedió nada, debí imaginármelo porque yo al tener 21 años estoy muy lejos de ser una ninfula, en lo mas hondo me mi retorcida mente quizá me hubiera gustado ser una ninfula, como Humbert las describía, pero no.
Finalmente recibí el resultado del deterioro de mi visión en un ojo tengo 10 de miopía y en el otro 12. A mi despedida analice a mi doctor y vi a Humbert en el, lo entendí, entendí su mente mórbida, su deseo por las ninfulas. Así pude realizar mi loco sueño de conocer a mis personajes literarios, y lo tenía cerca, mi oculista.
Perturbador post. Pero, ¿cómo es que sabiendo desde hace tanto tiempo que el oculista es un pedófilo sigues siendo su paciente? ¿No has pensado en cambiar de especialista?
ResponderEliminarperturbador y real... me encanta la literatura por que lo puedes relacionar con todo... y no se si cambiare de oculista... quizá si..justo hoy iré a mi cita para recoger los lentes..
ResponderEliminarSobre Lolita tengo una duda ( no soy ningun abuelete, ni muchisimo menos ). El caso es que siempre me pregunte, si una persona se enamora solamente de una niña de 15 ó 16 años ¿ Se puede considerar un pedófilo en el sentido más despectivo, ó por el contrario es un amor "limpio", ya que es verdadero ? . Que conste que estoy en contra y sí veo a uno, le daría dos "yoyas" jejeje, pero me parece que cada caso es distinto. Al fin y al cabo, no hay matrimonios con 40 años de diferencia.
ResponderEliminarSaludos !! ( Y besos )
Bem creo que si es un amor como tu dices puro no se podría considerar un pedofilo, pero ese hombre tendría que respetar las leyes de la sociedad que no permiten ese tipo de relaciones, por mas que lo desee
ResponderEliminarsaludoos!